La fama de los puros cubanos está bien ganada. Es un producto de lujo único y 100% natural. En su elaboración, totalmente a mano, se utilizan hojas escogidas de las mejores vegas del país. Según sus fabricantes, los expertos en tabaco no utilizan aditivos químicos ni en el proceso de curado ni en la fabricación.
Estas hojas aromáticas son fruto del saber hacer y la tradición. Para garantizar su calidad, todo el proceso de fabricación está sujeto a múltiples y severos controles tanto en el proceso agrícola de cultivo como en el secado.
En general, los puros requieren cierto cuidado a la hora de conservarlos para evitar daños y disfrutar de esta experiencia de los sentidos.
La forma más eficaz de cuidar y conservar los puros es con un humidor. Los puros cubanos no son una excepción. Lo que se busca de un humidor es que mantenga unos niveles óptimos de temperatura y humedad para conservar todas las propiedades del cigarro.
Un humidor puede ser una habitación completa, un pequeño armario o una caja diseñada especialmente para puros. La característica más importante es que contiene una fuente que genera o controla la humedad. Lo ideal es que los humidores mantengan estas condiciones de humedad y temperatura de forma automática.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es el material de fabricación. Para conservar las propiedades del puro cubano y de cualquier otro, la madera es la mejor opción. El más popular entre los conocedores es el de cedro español. Este protege contra los escarabajos del tabaco, tiene una alta capacidad de absorción, asegura un ambiente estable, promueve el proceso de envejecimiento del cigarro y ayuda a mejorar su sabor. Otras alternativas preferidas son el cedro rojo americano o canadiense y la caoba hondureña.
Hoy en día puedes conseguir humidores para todos los gustos y bolsillos. Muchos, además de cumplir su objetivo principal, también pueden servir como objeto de decoración muy elegante. Entonces, si defiendes tanto la funcionalidad como el estilo, echa un vistazo a estos humidores .